Aunque se auguraba un panorama muy negro sin Internet, nada más instalarnos en el B&B se nos ocurrió volver a buscar una red inalámbrica abierta y eureka! pillamos una muy débil, pero suficiente incluso para usar Skype. Lo cierto es que la señal sólo la cogía bien el portátil de Dani, el mio no, por lo que tuvimos que ingeniarnos algo. Gracias a que Dani se trajo un cable cruzado de emergencia, conectamos ambos portátiles y compartimos la conexión. Todo un invento!
Lástima que la cosa sólo duró la mitad de nuestra estancia, ya que pasados unos días, le debimos fundir al propietaro la conexión. El router se quedó sin acceso a Internet. A partir de aquí empezó nuestro calvario. En la calle y pda en mano, usando un software especial de búsqueda de redes, parecido a un radar, íbamos recorriendo la calle rastreando redes abiertas. Lo cierto es que teníamos bastante éxito y era relativamente fácil encontrar alguna WiFi libre. Era muy gracioso vernos a los dos, dentro del coche, rodeados de nieve, con ambos portátiles encendidos en frente de una casa, con los cascos con micrófono usando Skype para llamar a España. La gente que pasaba nos miraba mosqueada, ya que parecíamos agentes secretos, realizando escuchas y vigilando el domicilio en cuestión. Ahora que lo pienso... menos mal que nadie llamó a la policía!
En la foto véis como hay un portatil encima de dos sillas... para pillar internet!!!! qué cutre es la vida a veces.

